Cuartel General de la Gestapo

Polonia históricamente hablando es un país rico en historia pero en lo concerniente a la segunda guerra mundial lo es aún más. Es uno de los paises que más sufrió durante el conflicto bélico por lo que se desprende una gran cantidad de historias,misterios y enigmas que tomaría toda una vida estudiar todos y cada uno de ellos. 
Hoy nos centraremos en un lugar escalofriante en el Centro de Cracovia que a la vista de todos es un lugar normal, un edificio de ladrillos como tantos otros de la ciudad, salvo por un pequeño detalle, una pequeña placa simbólica que se encuentra en la entrada y que pasa desapercibida a diario a la vista de los transeúntes. 

Ese edificio construido en 1931 para alojar estudiantes, fue ocupado por los alemanes tras la invasión. Aquí se esconde una de las historias más turbias de la ciudad, el sufrimiento y los gritos de tortura  de muchos que pasaron por allí, se oculta nada más y nada menos que los calabozos de la temida gestapo de Cracovia.

Es indescriptible la sensación de terror que genera al entrar y ver enseguida una gran foto de varios oficiales alemanes con sus intimidantes uniformes, aún cuando hacía un buen día de mucho sol para ser más claros, recuerdo claramente que una extraña sensación de oscuridad nos invadió poco a poco mientras entrábamos al cuartel general.
Todo parecía quedar allí pero al bajar unas escaleras, y ver enseguida, de una manera totalmente  inesperada,  los calabozos quedas impactado, y más aún cuando ves  que las paredes  aún después de más de setenta años todavía conservan  los mensajes y marcas de los pobres desgraciados que pasaron por ese sitio, hace que la piel se te ponga de gallina imaginando todo el martirio y sufrimiento que vivieron todas esas personas victimas de la gestapo en  ese momento.



Los calabozos son fríos, estrechos, la puerta contiene un agujero tal vez para vigilar a los presos o no sé sabe si para que entrara la luz, sus paredes son  muros macizos de gran anchura aislante del sonido, claramente hechos así con toda la intención de aislar los gritos de desesperación y auxilio de los presos y cualquier otra cantidad de ruidos que pudieran salir al exterior.
Recuerdo que fue imposible contenernos en uno de los calabozos y desafiando todas las prohibiciones del lugar y arriesgándonos a ser sancionados por las autoridades procedimos a tocar esas frías y heladas paredes, tocamos esos mensajes ,yo estaba prácticamente aislado de todo y entre en razón cuando escuche la voz de mi compañero diciéndome "estás tocando la historia..." fue lo que prácticamente me hizo entrar en si. Es difícil visitar esos calabozos cuando conoces todo lo sucedido en esos tiempos en Polonia,  y más difícil es imaginar todo lo vivido en esas celdas, nunca podremos saber el horror vivido de los que por mala suerte tuvieron que pasar por esos calabozos, creo que  tampoco viviremos jamás ni una cuarta parte de lo que ellos sufrieron pero si podemos sentir dentro de nosotros ese escalofrío que genera un gran respeto para todos aquellos que con valentía y coraje lograron salir con vida del terrible cuartel general de la gestapo en Cracovia.

Tras la visita a los calabozos, accedes a un pequeño museo que conmemora todo lo sucedido en ese edificio al igual que es sufrimiento polaco tras la ocupación. En este museo podremos leer en inglés o polaco los sucesos acontecidos en esos muros y observar fotos de la época, armas, uniformes y demás objetos que actualmente son historia. Recomendamos visitar estos aposentos si son unos apasionados de la Segunda Guerra Mundial ya que no deja indiferente a nadie.



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