Desmond Doss, objetor de conciencia

Nuestro protagonista de hoy, del cuál llevo tiempo queriendo escribir se convirtió en un héroe de guerra durante la Segunda Guerra Mundial “luchando” en el pacífico sin usar un solo arma, sin abrir fuego contra el enemigo en ningún momento, sin quitar una sola vida pero salvando a decenas de sus compañeros. Os contamos la historia de Desmond Doss, el cual se hizo muy popular recientemente gracias a la película “Hasta el último hombre” que narra a la perfección las hazañas de este héroe.


Desmond Doss nació en 1919 en Virginia en una familia humilde y trabajadora y con fuertes creencias religiosas, de ahí surgen sus principios y su convicción de no usar jamás un arma y mucho menos de matar. Nuestro protagonista tuvo una dura infancia. Su padre era un veterano de la Gran Guerra, de la que volvió muy marcado para el resto de su vida. Su propia familia pagó las consecuencias y frustración de las experiencias que vivió el padre durante la Primera Guerra Mundial. Se volvió alcohólico y a veces sus experiencias del combate le volvían agresivo y pagaba su frustración maltratando a su mujer e hijos.


Antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Desmond se declaró objetor de conciencia. No tenía ninguna intención de entrar en el ejército pero todo eso cambió con el ataque japonés a su país, y como miles de jóvenes, se alistó como voluntario para defender a su país. En la inscripción indicó que jamás empuñaría un arma y quería estar en el servicio médico y aceptaron todas sus propuestas, pero la realidad sería otra. Desmond fue enviado a campos de entrenamiento y en el momento de empuñar un arma se negó, lo que hizo que se enfrentara a muchas críticas y le vieran como un bicho raro por parte de superiores y compañeros de batallón. Desde este momento, todos empezaron a hacerle la vida imposible para que abandonara el ejército pero él estaba convencido de que debía ayudar a su país no disparando, si no salvando vidas, como médico. Desmond se enfrentó a un corte marcial por su negativa a usar un arma. Su padre tuvo que intervenir ayudado por un sargento que luchó durante la primera guerra mundial y a través de un escrito consiguió que Desmond quedara libre de cargos y pudiera entrar en combate sin usar su correspondiente arma. Por fin logró su objetivo, convertirse en médico de combate.

Desmond Doss consiguió su mayor reconocimiento en la Batalla de Okinawa en el Pacífico. Los marines y Doss deben escalar un acantilado protegido por soldados japoneses. Antes de asaltar el acantilado, los buques americanos realizaron un fuerte bombardeo contra las posiciones enemigas lo que hizo que muchos soldados americanos se sintieran tranquilos ya que era imposible sobrevivir a esa lluvia de acero. Pero se equivocaban. Les esperaba un infierno en lo alto del acantilado.


Los americanos inician el asalto y al llegar arriba se encuentran con una fuerte defensa japonesa. Los soldados americanos deben retroceder posiciones llegando incluso a retirarse. Doss se queda arriba del acantilado ayudando a sus compañeros heridos mientras el resto de compañeros abandonan sus posiciones. Cuando Desmond llega al acantilado ve que está solo, sus compañeros se han marchado y antes de bajar por el acantilado escucha una voz de socorro y se vuelve a internar en ese infierno llegando hasta su compañero herido y salvarle la vida. Los buques americanos empezaron a bombardear el acantilado nuevamente creyendo que no quedaban marines. Doss lleva al herido hasta el borde del acantilado e improvisa una camilla con cuerdas para bajar a su compañero herido bajo el fuego amigo. Sus compañeros no dan crédito a lo que ven. Doss sigue internándose en territorio enemigo cada vez que escucha una voz de auxilio. Debe hacerlo con precaución ya que los soldados japoneses están cerca y hacen patrullas para rematar a los heridos y recordemos que nuestro protagonista no va armado. Doss realiza siempre el mismo procedimiento, estabiliza al herido y lo arrastra como puede hasta el acantilado, logrando bajar y ponerlo a salvo. Finalmente fue herido en el brazo tras varios días solo salvando a sus camaradas sin ninguna ayuda e incluso bajo fuego amigo. Le lograron rescatar tras haber salvado la vida de 75 compañeros, esos compañeros que meses atrás le llamaron cobarde y no querían que estuviera en su pelotón. Posteriormente, sus compañeros no se atrevían a subir sin Desmond Doss a su lado. Su ángel guardián.


Desmond Doss recibió, entre otros muchos reconocimientos, la medalla del honor en 1945 en la Casa Blanca de manos del presidente de los Estados Unidos de América. Esta condecoración solo la recibieron 431 soldados americanos de los más de 16 millones que participaron en la contienda. A continuación os dejo las palabras que el presidente Truman dedico a nuestro protagonista:

El Presidente de los Estados Unidos de América, en nombre del Congreso, se complace en presentar la Medalla de Honor al soldado de primera clase Desmond Thomas Doss, del ejército de Estados Unidos, por su notable gallardía e intrepidez en la acción por encima y más allá del llamado del deber durante el periodo que comprende del 29 de abril al 21 mayo de 1945, mientras servía en la Separación médica (Regimiento de infantería 307,  división de infantería 77) en la acción en Urasoe Mura, Okinawa y las Islas Ryukyu. 


Tras finalizar la guerra, Desmond contrajo la tuberculosis, enfermedad que le mantuvo visitando hospitales durante 6 años. La enfermedad fue un duro golpe para él, ya que le dieron la invalidez total y le costó un pulmón y la audición. Desmond Doss finalmente falleció en 2006 en Alabama tras unos problemas respiratorios. Su funeral fue realizado con todos los honores y reconocimientos que se había ganado.


Y tú, ¿conocías a Desmond Doss? ¿Nos puedes aportar datos nuevos? Recomendamos a todos la película que le hace homenaje para conocer su historia y su valor.
KyA

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